No todos los santos que pasan por una persecución religiosa alcanzan la palma del martirio muriendo en ella, ni todos los que murieron en ella fueron mártires.
Presentamos aquí una serie de figuras de santos, ya reconocidos y proclamados o en vías de serlo, que pasaron por la terrible prueba de la persecución religiosa en España en los años treinta, que purificó sus almas acrisolándolas al fuego, preparándolos para una misión en años posteriores. Confesores de la fe, sobrevivientes, clandestinos, fugados componen una galería de retratos, a los que se añaden los que vivieron la contienda en primera persona. A ninguno de ellos cupo en suerte la gloria del martirio y sin embargo, son grandes figuras de santidad en la Iglesia.