¿Era verde la pasión de Ignacio? No lo sabemos. Pero sí sabemos que hay intuiciones ecológicas tanto en el contenido como en la dinámica de los Ejercicios espirituales, que nos hablan de un autor que disfrutó de una intimidad con el mundo natural y que vivía una relación amorosa con Dios, el Creador de este mundo. Estas intuiciones han impregnado la espiritualidad ignaciana y marcado tanto a la Compañía de Jesús como a sus miembros a lo largo de los años. La más reciente encarnación de estas intuiciones ha sido en la Cuarta preferencia apostólica universal de la Compañía: «Cuidar de nuestra casa común. Trabajar con profundidad evangélica en la protección y la renovación de la creación de Dios».