Al analizar el modo en el que estos tres filósofos se apropian de Aristóteles en el contexto de la filosofía moral angloamericana del siglo XX, Arthur Madigan destaca dos puntos importantes: primero, que los problemas más urgentes de la filosofía moral contemporánea pueden afrontarse utilizando la tradición aristotélica y, segundo, que la tradición aristotélica no habla con una sola voz.
A través de su análisis, Madigan ofrece una visión del futuro de la filosofía moral aristotélica, instando a los portadores de esta tradición filosófica a establecer una agenda educativa clara, a seguir perfeccionando sus conceptos e intuiciones y a entablar conversación con otras posiciones filosóficas.