Fausto de Riez, originario de Britania, fue en el año 433 el tercer abad del monasterio fundado por san Honorato, a principios del siglo V, en la isla de Lerins. Alrededor del año 460 fue elegido obispo de Riez, ciudad en los Alpes provenzales, donde vivió hasta su muerte, alrededor del año 495. Fausto es uno de los representantes de la refinada cultura lerinense, en cuya biblioteca se encontraban las obras más valoradas de la literatura latina y, especialmente, de la teología y la espiritualidad de su tiempo. Hilario de Poitiers, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona han dejado una huella en la teología trinitaria del reiense, en la que se aprecia también, por la mediación de Casiano y Rufino de Aquileya, un eco de los mejores logros del pensamiento oriental. En su tratado sobre el Espíritu Santo, Fausto muestra una madurada asimilación de la doctrina trinitaria en la que prevalece un principio determinante: no solo por la Escritura sino precisamente por su acción en las almas se conoce al Tercero de la Trinidad. Asimismo, su epistolario, formado por doce cartas de distinta extensión, contiene enun-ciados relativos a la Trinidad, la cristología y la doctrina de la gracia, la corporeidad de las almas y a otros de carácter ascético sobre la vida monástica y la penitencia. Sin duda, la lectura del tratado de Fausto y del epistolario ofrece una panorámica en miniatura de las cuestiones teológicas del siglo V. Ofrecemos la primera traducción al castellano de estas dos obras.