El cangrejo ermitaño se está muy cómodo en su lata de guisantes;
pero, ¿qué pasará cuando su casa le resulte pequeña?
¿Quién le echará una mano? Una fábula para comprender el
valor de la generosidad.
El cangrejo ermitaño se está muy cómodo en su lata de guisantes;
pero, ¿qué pasará cuando su casa le resulte pequeña?
¿Quién le echará una mano? Una fábula para comprender el
valor de la generosidad.