En 1811, aprovechando el espacio que le brindaba el prólogo a una nueva edición del «Fray Gerundio», Leandro F. de Moratín reprochaba a la Iglesia oficial " cuánto se aparta de su ministerio el orador cristiano que, olvidándose del dogma y de la mor
En 1811, aprovechando el espacio que le brindaba el prólogo a una nueva edición del «Fray Gerundio», Leandro F. de Moratín reprochaba a la Iglesia oficial " cuánto se aparta de su ministerio el orador cristiano que, olvidándose del dogma y de la mor