Cuando don Quijote supo que su historia ya estaba en letra impresa, se alborotó algún tanto, recelando que el autor de ella pudiera desmandarse en sus atribuciones de historiador puntual y escrupuloso. Pero fue al conocer la
Cuando don Quijote supo que su historia ya estaba en letra impresa, se alborotó algún tanto, recelando que el autor de ella pudiera desmandarse en sus atribuciones de historiador puntual y escrupuloso. Pero fue al conocer la