Cada vez es más común establecer paralelismos entre los inicios del siglo pasado y del actual. Fenómenos como la globalización, los estragos de la codicia capitalista o la crisis económica parecen justificarlo. Pero ¿y en el plano político?
Cada vez es más común establecer paralelismos entre los inicios del siglo pasado y del actual. Fenómenos como la globalización, los estragos de la codicia capitalista o la crisis económica parecen justificarlo. Pero ¿y en el plano político?