A través de la escucha atenta y empática, del contacto visual y del tacto, es posible quebrar el aislamiento que la desorientación produce en los muy mayores y empezar a comprender e interpretar sus sentimientos
A través de la escucha atenta y empática, del contacto visual y del tacto, es posible quebrar el aislamiento que la desorientación produce en los muy mayores y empezar a comprender e interpretar sus sentimientos